“El amor verdadero es entregarnos por
completo, darlo todo, sacrificarlo todo,”La mujer es quien mantiene un
matrimonio, es la que tiene que aguantar y hacerse la vista gorda”,
etc. Cuando íbamos creciendo escuchamos frases como éstas que nos
metieron en la cabeza o veíamos esa actitud abnegada de nuestras madres,
la cual sacrificaban todo por sus esposos, olvidándose de sí mismas y
aguantando de todo. Entramos en un noviazgo y posteriormente en un
matrimonio con esta idea tan “altruista” en mente, y no podemos entender
lo que sucede cuando todo se empieza a desbaratar ante nuestros ojos.
Cuando
empezamos una relación con esta mentalidad se crea el ambiente perfecto
para propiciar CODEPENDENCIA, una adicción disfrazada de amor, la cual
oculta una pobre autoestima y una falta de identidad propia de aquel que
pone a un lado todos sus deseos y necesidades para ayudar y atender a
su pareja.
En un principio el objeto de atención del
codependiente se puede ver encantado por el trato y las atenciones que
recibe, por encontrarse con una pareja dispuesta a todo por ayudarlo a
alcanzar sus metas. Pero como todos sabemos “la costumbre hace ley” y no
se tarda mucho en caer en una situación en la que la pareja del
codependiente toma por sentado los esfuerzos de éste, se acomoda y se
empieza a crear una atmósfera de silencio y resentimiento en el interior
de quien padece la condición.
El codependiente continúa
actuando a la espera de que sus esfuerzos sean reconocidos y exista
algún tipo de reciprocidad que no tienen el valor de pedir, por miedo a
que se les niegue o a perder a su pareja. Entienden que su pareja no los
ama de la misma manera puesto que no está dispuesto a poner a un lado
su vida para satisfacerle, en total contradicción a lo que él o ella
entiende es el amor. Empieza a acosar, llamar, perseguir,
controlar,reclamar,soporta lo que sea, maltratos,se vuelven
autoritarios,manipulan,no toman decisiones sin el otro,se enduedan por
el otro,etc.
El codependiente quiere actuar como el ancla, el
rescatador, héroe o heroína de su pareja, se quiere convertir en una
necesidad para éste de manera que valide sus inseguridades y se convenza
de que nunca lo abandonarán porque sin su presencia la vida del otro no
puede continuar, esto no necesariamente lo hace de forma consciente. Es
muy típico que escoja parejas con problemas como adictos a algo, el
alcohol, las drogas, el sexo, al juego, al trabajo, etc así el
codependiente busca rescatar a esa persona, sanarlo y la realidad es que
no nos corresponde a nosotros salvar al otro, sobre todo, si éste no
reconoce su adicción y/o problemas. De hecho lo mejor que se puede hacer
ante un adicto es dejarlo que se estralle.
La única forma de
evitar o remediar una situación de codependencia es reforzando nuestra
autoestima y estableciendo una buena comunicación con la pareja, siendo
claro con lo que se espera del otro. De esta manera se evitan los
resentimientos sin fundamento y las acusaciones que nacen en la
imaginación del codependiente, al igual que la presión y la sensación de
asfixia que cae sobre la pareja.
Si estás en una relación de
codependencia y no puedes sola superarlo, busca ayuda profesional, pues
puede convertirse en una condición patológica, generarte ansiedad,
depresiones y hasta fobias; y como dije, puede venir por tu falta de
autoestima producto de traumas de la infancia y/o deseo de rescatar a
uno de tus padres o por patrones aprendidos de tu madre los cuales estás
llevando a tu relación de pareja lo que hoy en día no funciona para
mantener una sana relación, ni te hará feliz.
No olvides que: “No puedes amar a otro si no te amas a ti misma” “ Ni puedes salvar a nadie si no te salvas tu primero”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para dejar tus comentarios regístrate en el blog
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.